El tiempo va
inexorable
como siempre
como debiera
aunque como debiera
podría ser mucho mejor.
Y nosotros
caminando de espaldas,
mirándonos de atrás,
de costado,
al margen,
de refilón.
Pisando sólo un perfil de las cosas,
un ángulo.
Nosotros
deambulando de espaldas
chocándonos
punzándonos
raspándonos
ahogandonos.
Nosotros
cada vez más solos.
Desprotegidos.
Cada vez más parias
y con más miedo
de dar la vuelta y mirarnos de frente.
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