Me violenta la estúpida violencia que se revuelca
por estos callejones.
Estoy cansada de viajar sin llegar a ningún puerto,
da lo mismo que sea Singapur.
No es allí tampoco aquí donde están.
¿Dónde están?
Hay una sinagoga aún sufriente.
La máquina hace mucho ruido
y asusta cuando suena.
Nada vale más que este insignificante papel.
Me queda sólo una parte del alma,
tengo miedo y no es para menos
¡tanto loco suelto!
Estoy sola en la inmensidad de un cuarto,
puede ser Singapur
¿qué más da?
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