Otra mañana ella se despertó con la sombra a su lado,saltó de la cama y fue hasta el baño para saber de quién se trataba,encontró frente al espejo,agachada,al costado del bidet a una nenita que conocía muy bien:Marianella.
Estaba llorando,le pregunto que le pasaba.Me tenés abandonada dijo la nena,ya no me prestas atención como antes,no te encerrás a jugar conmigo,no me escuchas.
Ella comenzó a reírse y la abrazó fuerte.
Se vistió con un short,zapatillas,remera y salió a caminar por la playa,la sombra la seguía,después empezó a correr,Marianella seguía a su lado.No sentía angustia pero sí el deseo de liberarse de ella.
Estoy en un momento tranquilo de mi vida Marianella,le decía al viento,me gustaría que te adaptes a este crecimiento,vas a tener que acostumbrarte al sol sino permanecerás siempre en la sombra.
No te preocupes,le decía como a las olas,vas a ir creciendo de a poco,yo te voy a ayudar,no es que no te quiera,es que crecí y vos te resistís todavía,vas a tener que hacerlo algún día,querida mía,por el bien de las dos.
Marianella se quedó jugando con un palito en la orilla,las olas la salpicaban,todavía tenía los ojos tristes.
Ella siguió caminando sola por la playa,pensando en la niña,sabía que de regreso la encontraría allí,ojalá más relajada y se la llevaría puesta encima ,como un saco de arena.
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