Bajó los escalones lentamente
calculando el espacio entre uno y otro
primero uno
después otro
y otro más.
Los brazos extendidos
cientos de páginas sobre ellos.
Hipnóticamente caminó hasta la chimenea.
El fuego ardía
arrojó alli
los cientos de páginas,
vio al fuego devorarlo todo,
conservó el tino
a pesar del susto.
Y se fue quedando vacía
liberada ya
de tanto peso.
Y se fue quedando vacía
Y se fue quedando vacía.
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