sábado, 4 de julio de 2009

MARIANELLA.

Marianella se quedó sentada cerca del charquito,comenzó a mirar fijamente y encontró allí figuras que la observaban,sonrió sintiéndose más acompañada,vio pecesitos de colores,chiquititos y con ojos brillantes que la miraban de costado,como miran los peces.Un delfín no puede andar por este charquito,pero para mi es un delfín ,se dijo.
Agarró la escoba que lleva siempre con ella y apretando fuerte el palo le susurro:viste,no estamos solas Sofía.Dicen que vos no tenés vida¡que tarados!no les des bola,vos sos mi mejor amiga,además todos te quieren, sino ¿por qué bailan el "baile de la escoba",por algo será,no?.
Comenzó a reírse,cada vez más fuerte,a carcajadas hasta que le saltaron lágrimas de los ojos.
Desde el charco que bordeaba el cordón de la vereda ,los pecesitos le hacían guiños y hasta vio un brillo especial en el agua,como de estrellas.
Empezó a cantar esa vieja canción y se olvidó de su orfandad.

MARI SOMBRA

Otra mañana ella se despertó con la sombra a su lado,saltó de la cama y fue hasta el baño para saber de quién se trataba,encontró frente al espejo,agachada,al costado del bidet a una nenita que conocía muy bien:Marianella.
Estaba llorando,le pregunto que le pasaba.Me tenés abandonada dijo la nena,ya no me prestas atención como antes,no te encerrás a jugar conmigo,no me escuchas.
Ella comenzó a reírse y la abrazó fuerte.
Se vistió con un short,zapatillas,remera y salió a caminar por la playa,la sombra la seguía,después empezó a correr,Marianella seguía a su lado.No sentía angustia pero sí el deseo de liberarse de ella.
Estoy en un momento tranquilo de mi vida Marianella,le decía al viento,me gustaría que te adaptes a este crecimiento,vas a tener que acostumbrarte al sol sino permanecerás siempre en la sombra.
No te preocupes,le decía como a las olas,vas a ir creciendo de a poco,yo te voy a ayudar,no es que no te quiera,es que crecí y vos te resistís todavía,vas a tener que hacerlo algún día,querida mía,por el bien de las dos.
Marianella se quedó jugando con un palito en la orilla,las olas la salpicaban,todavía tenía los ojos tristes.
Ella siguió caminando sola por la playa,pensando en la niña,sabía que de regreso la encontraría allí,ojalá más relajada y se la llevaría puesta encima ,como un saco de arena.