lunes, 6 de julio de 2009

de BORGES

Me crucifican
y yo debo ser la luz y los clavos
Me tienden la copa
y yo debo ser la cicuta.
Me engañan
y yo debo ser la mentira.
Me incendian
Y yo debo ser el infierno.
Debo alabar y agradecer
cada instante del tiempo.
Mi alimento es todas las cosas.
El peso preciso del universo,
la humillación,el júbilo.
Debo justificar lo que me hiere
No importa mi ventura
O mi desventura.
Soy el poeta.
Y uno dos tres
y uno dos tres
punta cabeza cuerpo
cuerpo cabeza punta
músculos y piernas
piernas y alma
y sigue sigue sigue
punta cabeza cuerpo
cuerpo cabeza punta.
La pelea
la lucha
la pelea.

Estira las manos levemente
y se levanta del piso mugriento
doblándose al compás de Mulligan
y se pliega
y uno dos tres
baila con la punta de los pies
apenas con los dedos
hasta que patea la música
porque le duele.
Comió un huevo frito
y otro y otro más
se recostó pensando en la probabilidad de morir esa misma noche.
Durmió plácidamente
más que de costumbre
y hasta se despertó con nuevos bríos,
estoy lleno de proteínas pensó.
Aunque a veces sea logrado imprudentemente
y con sentimiento de culpa
es evidente que ser felíz
no te mata.

ESTA NOCHE

Aquí donde la tierra es de nadie
con nadie me he quedado.
Sentada bajo un árbol
pensando estupideces.

Nada
que ya pasa,
es esta constante rutina
nunca aprendida
nunca deseada.

Con las horas va doliendo menos
y el callo va tomando su forma original.


Nada
que ya pasa
ya va pasando.

Hoy duermo bajo el árbol.
EL me dirá que hacer mañana.